Según los diccionarios la palabra
meditación significa contemplación, hábito de reflexionar, de pesar, de relajar, e incluso orar. Cuando efectuamos una acción mental meditativa estamos
reflexionando: pensamos, oramos, contemplamos o visualizamos mentalmente una cosa. Este acto de meditar presupone que alguien se aparte mentalmente de las cosas exteriores y se introduzca voluntariamente en sí mismo, en el sentido de producir una introspección analítica y profunda del objeto de la meditación, o bien permitiendo el libre fluir de sus pensamientos.
Meditar es, en síntesis, transformar la mente en un instrumento útil para la conquista del auto conocimiento, para la pacificación de los elementos mentales, así como para predisponer al individuo a su vida de relación. Meditar es contemplar el inconmensurable océano de las bienaventuranzas del espíritu, que aguarda que nos decidamos a utilizarlo. Meditar consiste en definitiva en aislarnos del bullicio de la vida exterior e introducirnos en la calma de Dios instalada en nosotros, en nuestro
yo pleno e infinito.
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